Ojala el turismo fuera un producto de primera necesidad, y todos viéramos el aporte que éste significa para nuestra economía.

Si viajar estuviera en nuestra canasta familiar, sabríamos que debemos ir a las ferias y ver las ofertas, exigiríamos mas a las empresas de turismo, mejoraríamos nuestro dominio de otros idiomas, nominaríamos en política a quienes tengan propuestas solidas frente al desarrollo turístico de Todo el país, (la negrita es porque parece que el mapa turístico de mi país – Colombia, solo conoce de la mitad hacia arriba), impulsaríamos el desarrollo de ciudades más "2.0" y sumado a muchas otras cosas más, haríamos más bellas y más limpias nuestras ciudades...

Cuando me senté a aprender los términos de turismo, uno que siempre calo fue el de Operador turístico, que dice y reza:.

"Los operadores turísticos son aquellos agentes que participan en la Actividad Turística en calidad de intermediarios entre el consumidor final (el turista, la demanda turística) y el producto turístico (bien o servicio, destino turístico) aunque puede extender su acción intermediadora al resto de la oferta complementaria (restaurantes, hoteles, conjunto de la oferta de alojamiento) " tomado de la  Organización Mundial del Turismo, OMT 1998.

Por eso, me cabe en la cabeza, que todos los que hacemos algo por la imagen de un país, debemos considerarnos Operadores Turísticos, porque todos participamos en algo en la actividad turística, todos somos intermediarios en términos de turismo receptivo o el nacional. Por eso mismo; y la razón final de esta editorial, me sorprende mucho que las ferias turísticas no estén cada vez más abarrotadas, por lo contrario, la tendencia es a la  reducción.

Es de esperar que en este tipo de eventos (como la próxima feria de ANATO en Colombia, o el mismo FITUR en España) estén los de siempre, y no es para menos: Las agencias, los hoteles, los grandes operadores y mayoristas turísticos, las aerolíneas, también asisten quienes representan a los grandes gremios, y da gusto ver los stand de marca país o región de cualquier parte del globo. En mi caso aplaudo la presencia; aunque siempre creo que muy poca, de empresas de tecnología, algunos motores de reservas,  los contados Sistemas de gestión para hoteles, eso, sí, las cada día más numerosas agencias online (OTAS), no se quedan atrás los directorios turísticos que sorprendentemente aun resultan una novedad, y tristemente los grandes ausentes son las empresas que ofrecen estrategias web.

En las ferias de turismo casi ni se ven los restaurantes ni los artesanos, tampoco los parques temáticos, ni los ecológicos, tampoco se ven los festivales de cualquier expresión artística reconocida; los de cine, baile, teatro, libros, los de música; creo que estas no aparecen porque a veces se descargan en la marca país o región para mostrarse, sinceramente no me parece. Y mi pregunta final es: ¿Dónde están todas las empresas que venden software y aplicaciones para cualquier segmento en la cadena de valor?.

Dejamos la promoción turística en manos de los de siempre y son los de siempre los que se están quedando rezagados al integrar las "nuevas" tecnologías en sus ámbitos corporativos.

Turismo sostenible, accesibilidad, medios sociales, movilidad, georeferenciación, información en la nube, y otros cientos de posibilidades, que son características de una industria relativamente moderna, no siempre son las directrices en el tablero de nuestras empresas turísticas latinoamericanas.

No me corresponde hacer señalamientos; además porque estoy seguro que no soy el primero en mencionarlo, pero:

Si las empresas de tecnología se consideraran "operadores", mejorarían sus procesos, productos y servicios, existirían más socializadores que manejen ampliamente los dos temas. Además si también hicieran presencia y participaran en los momentos en que literalmente la industria de turismo se mide el aceite, la permanente medición que hace los clientes internos y externos de la industria turística, sería mucho mejor de lo que actualmente se percibe en cuanto a innovación y competencia global.

Actualmente es muy difícil medir, justificar y/o valorar los esfuerzos que hacen las agencias, hoteles y demás actores del gremio cuando se ve que sus páginas web son muy limitadas, que no sirven para dispositivos móviles, que no se ve el Marketing de contenidos, que las integraciones con los motores de reservas y los procesos contables son un dolor de cabeza, que el manejo de inventarios en hoteles depende de papel y memoria, que se desconoce el poder del CRM y el libro de visitas siendo la constante, y entre muchas cosas, que sus espacios online (web redes, directorios, etc. ) no son congruentes con lo que dicen en el teléfono o lo que mandan a imprimir en prensa.

Obviamente el panorama no es oscuro, día a día se destacan grandes y loables trabajos que resultan un ejemplo para quien compite en la misma carrera, y estos esfuerzos son los que ven la luz en términos de mejor reputación, posicionamiento, recordación de marca, calidad, servicio y obviamente una caja registradora más boyante.

En resumen, la responsabilidad es de la oferta (quien ofrece servicios, tantos los tecnológicos como los turísticos) y también de la demanda (quien adquiere una y otra cosa), es decir de todos. Es evidente que faltan más empresas y personajes representativos, que estén de ambos lados y ayuden a mejorar la experiencia a las dos industrias: la tecnológica y la turística, porque después de todo y como lo dije al principio… en viajes, todos somos operadores y lo mejor...nunca dejamos de ser turistas.

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