Y empiezas en esto de la web y alguien te dice que hagas sitios con los programas habituales, ofreces todo cuanto se pueda hacer en la web, asistencia, soporte,  call center, tiendas virtuales, redes sociales, flash, multimedia 3d, fotografía, emailing, adwords, que hay que hacer, tu lo haces “tenes voluntad de ramera”; por tu incapacidad de decir no, aceptas todo

En esos mismos años empiezas a usar algunos administradores de contenido, y tiempo después un amigo te habla de accesibilidad, luego alguien raya en la usabilidad, y otro te habla de pruebas de usuario, y te parece correcto implementarlo a tus clientes, le subes al perfil de las propuestas, aprendes a redactar más, subes el perfil de los clientes, te dices a ti mismo que no será fácil, aún así llegan proyectos. No es fácil cambiar de vender sitios de 300 mil pesos a aquellos que superan los 3 millones.

Te enfocas, ya dejas de vender la voluntad a cualquier postor y proyecto, te mides, te reservas a los mejores y a tu propia capacidad,

Te das cuenta que la elocuencia, el convencer, ese vendedor interno aflora con más fuerza, aprendes a callar al cliente y decirle que no está en lo correcto, a recibir las gracias con humildad y también aprendes a salir con la cabeza gacha por la puerta porque te quitaron el proyecto, por vender como se hacen las cosas bien y aun no convencer. Maldices, te enojas, reniegas en twitter y críticas a ignorantes y sabiondos, (como si tú mismo no lo fueras), aún así no desistes, y …sigues.

Ya no buscas los proyectos del mes, peleas y mejoras la oferta ofreciendo el mantenimiento a un año de eso que muchos llaman ser Webmaster, como si fuera poca cosa.

Te das cuenta que no das abasto, te alias,  o armas un equipo; si es que a esa altura no lo tenias, desarrolladores, diseñadores, maquetadores, periodistas digitales, digitadores, alguien que sepa de Ads, unos cuantos para las campañas en SM, y vos te pones en el papel del Arquitecto de información y/o gerente de proyectos.

Los años, la experiencia y los proyectos se suman, y no buscas, te buscan, ya los precios tienen el sufijo NN (No Negociable) y sustentas con propiedad cualquier propuesta o negocio. Y pasan los días, los meses y los años y te preguntas si estás haciendo las cosas bien.

Te pica el gusano del emprendimiento, de pensar la idea mágica, esa que te haga rico, averiguas de startups, del elevator Pitch, de inversionistas y de ángeles, no te caen bien, te deprimes, averiguas más,  preguntas más, lees y  escuchas más, aprendes a callar a los que te dicen que es imposible, continuas, te revientas, te reinventas y vuelves a empezar.

¡Ves como otros lo hacen y crees que se puede!, te convences, maldices de tu país, de tu gente y sigues, elegiste la profesión donde el que no aprende no come, ¡así que adelante!

¡La única dirección posible es hacia arriba! ¡adelante!

Un abrazo con mucho cariño a todos los amigos emprendedores, sigan con sus ideas, no se detengan, la meta es el cielo!, (cualquiera que este sea para cada uno)!

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