Porque ya no encuentro caminos y los que veo no satisfacen mis expectativas.

Porque creo que el mundo se ha hecho algo hostil, ajeno, fallo, vacío, vacuo y sin propósito ni sentido.

Porque no hallo oídos que entiendan, ni manos que se comprometan, no reconozco el hombro que sostenga, no hallo aprobación en lo que creo posible y mis posibilidades se agotan. 

Entiendo que afuera ya no encontraré respuestas y busco el silencio entre el ruido de mi temerosa mente y me asusta lo que encuentro.

Me recrimino, señalo, me castigo, juzgo, me condeno y victimizo, nada cambia y me agoto, pido ayuda y comienzo de nuevo porque ya no quiero esto, ya probé arreglar el mundo afuera eludiendo el destrozo interno.

Soy un buscador de respuestas y de nuevo caigo inmerso en mis pensamientos, los hilo, los conduzco, repienso las opciones, los recuerdos, mis memorias y también mis expectativas, la lista de mis "Tengo que", de mis "debí decir", "debí hacer, mis "no debió pasar esto", aún No me rindo.

¿Qué quiero encontrar?, ¿Qué es eso que no encuentro?. Si; busco y en el mundo no hayo respuestas, ¿Acaso en mi interior existirá diferencia? 

Sigo siendo un buscador, parece que siempre lo he sido, una vida buscando estar tranquilo, una vida buscando paz, una vida buscando sentirme seguro, ser feliz. Lo que llevo de vida buscando ser aceptado es más grande de lo que me he invertido en aceptarme, que me amen y que sean agradecidos retornándome lo que les he dado. Aún No me rindo.

No soy tonto, más, me toma tiempo aceptar que no puedo cambiar el pasado y mi futuro seguía siendo incierto, voy de nuevo a lo profundo y me resigno, fui lastimado, lastimé, fui ignorado e ignoré, fui juzgado y juzgué, fui la víctima y fui el verdugo. Por primera vez; quizás no la primera, observo, sólo miro como si fuera una película, una muy corta, pero soy capaz de ver en mi interior sin señalar, más la cinta dura poco. Aún no me rindo.

¿Por qué rendirme si es tan fácil seguir peleando?¿Por qué no seguir mostrando mis heridas como medallas y vestirme de víctima, si así me aceptan y en mi miserableza soy merecedor de afecto, cariño y de lisonjas por mis lágrimas?¿Por qué no dejar que el odio y la ira sean las máscaras de mi miedo y frustraciones? Ser temido y poderoso han sido las armas de muchos.

¿Por qué, sencillamente, no ignoro esa llama Interior que quema y hacerme lo de siempre, llenarme del diario quehacer y seguir aplazándome con excusas de ocupaciones disfrazadas de metas sociales trabajo, hijos, parejas, gastos banales, turismo o enfermándome adrede? Ya he sido adicto a lo intemporal por mucho tiempo y hacerme de mártir por un bien futuro o uno ajeno es de mis mejores sacrificios en los mas públicos altares ¿Por qué no seguir siendo normal, si parecer normal es el camino fácil? Aún no me rindo.

Aún así, esa llama es una llamada, un grito desde lo que considero oscuro y que solo es parte del recorrido, un inconformismo latente que nace de la luz misma en mi interior, ¡todo puede ser mejor que esto, ahora y en todo momento!. No tengo intención de caer y caer para ser un Fénix hecho cenizas, y si quemado estoy, este cuerpo ha sabido sanar antes, puede volver a hacerlo. Aún no me rindo.

Y me entrego aún buscando, pero si, encontrando, encontrando que en el silencio meditativo puedo ver mis pensamientos sin juzgarlos, puedo ver mi pasado y perdonarlo, puedo dejar de esperar del futuro y entregarlo. Aún no me rindo.

El camino no será sencillo, por Amor dejaré morir lo que no es bueno y bondadoso conmigo mismo y con otros.

Dejaré morir el juez, dejaré morir el verdugo, dejare morir la víctima y rendiré mi orgullo, la imagen y carácter creados para satisfacer padres y familiares, hijos, parejas, empleos, amigos, popularidad. 

Rindo lo que hago para afuera y crezco desde adentro. Rindo, a mi ritmo, pero entrego, confío, agradezco. Dios, maneja tú! Yo sigo el camino.

Me rindo, perdono y suelto el control. Entiendo un día a la vez, que la acción desde el corazón, la razón y el amor me llevan al cielo; el estado de no sufrimiento y si es necesario pido ayuda tantas veces como pueda, porque me rindo.

Gracias Maestro
Gracias vida